Tiene veintitantos años a la fecha y se llama Francisco Tapia Salinas, es el menor de dos hermanos de un matrimonio compuesto por un zapatero y una dueña de casa que viven hace mas de 20 años junto a el en la comuna de San Miguel, No termino sus estudios y por supuesto menos aun ha estudiado arte o algo parecido en alguna academia o universidad pero a participado en bienales de arte y a logrado realizar algunos de sus polémicos proyectos ,lo conocen como Francisco Papas fritas y ha hecho de todo o de casi todo apoyado por incondicionales y por su madre quien dice además que” esta cagao de la cabeza “pero la cual se ha hecho parte también de sus instalaciones como en la performance titulada “conchito de su madre”.
Sus performances y montajes han incluido presentarse al museo con un látigo para que los espectadores lo azoten despacio por $100 ,fuerte por $500 y escupirlo por $1.000 mientras se graba a si mismo, eso además de haberse tatuado la espalda con el logo del gobierno de Chile y las leyendas “yo amo a mi Sponsor”,”Gobierno de Chicle”y “consejo nacional de cultura y artes” ,esto con el fin de que su cuerpo estaría siendo el soporte para la ira y el descargo de los artistas contra la administración de artes del gobierno.
Parte de su inhabitual lógica tiene que ver con un espíritu profundamente anti-academicista y curiosamente pese a que sus detractores académicos son mayoría frente a aquellos que lo apoyan, ha salido al encuentro de los espacios que dicen causarle tirria como aquellos culturales del stablishment oficialista. Fue como invitado de un proyecto de la bienal que daba a conocer una muestra de las nuevas tendencias artísticas que se aisló de la muestra e instalo en un ala del museo suficiente arena de playa con un quitasol y monta un escenario al que llamo “la isla de papas fritas” y graba con su cámara los murmullos, paseos y miradas de lo que el considera una sociedad enferma que luego daba a conocer a otros. Instalo en aquella isla y como parte de su obra a una pareja de inmigrantes peruanos que reclamaban contra el trato que se les da en Chile, Subasto al director del museo, puso una gruta con la imagen de la ministra de cultura donde los artistas podían rezarle, pedirle favores y entregarle ofrendas.,todas estas acciones de las cuales las autoridades del museo de arte contemporáneo se enteraron tardíamente estuvieron a punto de mover una censura, que al final no se concreto por el temor cierto que esto causara un alboroto mayor en la bienal.
Estas” acciones de arte” que se viene haciendo desde hace años fuera del país causan molestia y es en base a ese remezon que papas fritas busca ser una especie de voz de protesta contra la institucionalidad y lo que considera la “pacateria” ,el cinismo y el eterno prejuicio de un país tercermundista y no del país que dice estar en vías de desarrollo.
Desde que abandono el colegio comenzó con sus proyectos como exponer a toda su familia en la casa a modo de Reality,presentarse a si mismo con un parapléjico en silla de ruedas que pide monedas a cambio de hacer figuritas con masking tape llamada “cuando Dios hizo el arte contemporáneo me hizo a mi” ,recorre las calles como un vagabundo en “a la Life”,Escribir opiniones sobre las paredes de una sala, esculturas de un manifestante hechas con cintas adhesivas y un video collage con imágenes de la campaña del NO y la grabación de “ser chileno ,es ser fascista” o la ultima como protesta frente a los ataques israelitas en la franja de Gaza y que fue encerrar dentro de una caja y sin agua ni comida a un ciudadano de origen palestino frente a la embajada de Israel.
Papas fritas molesta y mete bulla pero además entretiene recurriendo a un amplio espectro de recursos y totalmente desprejuiciado que hacen de su performance un efectivo método de interpelación y protesta que no debiera ser tomado por su juventud como un simple masticar y tragar desechable fast food de papas fritas...
(Marcelo Valdés)
para http://www.orno.cl
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